EXORCISMO I




EXORCISMOS

Aquí comienzan las misteriosas oraciones del Papa León III: Oraciones contra toda suerte de encantos, sortilegios, caracteres, visiones, ilusiones, posesiones, obsesiones, impedimento maléfico de casamiento y todo lo que puede llegar por maleficio de los hechiceros o por concurso de los diablos; y también muy provechosas contra toda especie de males que pueden ser ocasionados en los caballos, burros, bueyes, vacas, carneros, ovejas y otras especies de animales.


Oracion: Qui verbum caro factum, est, etc.

“El verbo que se hizo carne, fue clavado en la cruz, esta sentado a la derecha del Padre, para atender las oraciones de los que creen en el, por su santo nombre todas las rodillas se doblan; y por los meritos de la bienaventurada Virgen Maria, su madre, y también por las oraciones de todos los santos y santas de Dios. Dignaos preservar esta criatura, F, de todos los que podrían perjudicarla y de los ataques de los demonios, vosotros que vivís y reináis en la unidad perfecta; porque he aquí † la cruz de Nuestro Señor Jesús Cristo, en la cual esta nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección, es la confusión de todos los que quieren perjudicarnos y de los espíritus malignos; huid pues adversarios, porque os conjuro demonios del infierno y vosotros espíritus malignos de cualquier especie que seáis, tanto presentes como ausentes, de cualquier modo que sea, y sobre cualquier pretexto que seáis llamados o invocados, que vengáis de buena voluntad o seáis enviados ya sea por encantamiento o por arte de los hombres malignos o mujeres, incitándolos para quedarse o molestar. Hasta que abandonéis vuestros engaños diabólicos, idos inconteniblemente † por el Dios Vivo † verdadero † santo † Padre † Hijo † y Espíritu Santo. Especialmente por aquel † que fue crucificado como hombre; por la sangre del cual vencemos, cuando San Miguel combatió con nosotros y precede la victoria, y hacéis retirar a medida que os aproximáis, y que no podáis, bajo cualquier pretexto, molestar o incomodar a esta criatura, ni su cuerpo, por visión, ni espanto, ni de día ni de noche, ni dormido ni despierto, ni comiendo ni orando, ni haciendo otra cosa sea natural sea espiritual: de otro modo, hago caer sobre vosotros † todas las maldiciones, excomuniones, † grados de penas y tormentos, como ser lanzado en el tanque de fuego y azufre, por la manos de vuestros enemigos, mandados por la Santísima Trinidad. San Miguel ponlo en ejecución. Porque si antes tomasteis algún lazo de adoración, algún perfume, alguna determinación y afección maligna, sea cual fuera, sea en hiervas, sea en palabras, sea en piedras, sea en elementos, sean naturales simples o mixtas, temporales, espirituales o en los nombres del gran Dios y de los ángeles, sea en caracteres de horas, de minutos, de días, de años y de meses, observados supersticiosamente con pacto expreso o tácito, hasta fortificado por juramento. Rompo † todas esas cosas, las anulo y las destruyo por el poder del Padre que creo todo el mundo, † por la sabiduría del Hijo Redentor, † por la bondad del Espíritu Santo, † por aquel que cumplió con toda la ley, † que es, † que debe venir, † omnipotente, † santo, † inmortal, † salvador, † que esta compuesto de cuatro letras, † Jehová, † Alfa y Omega, † el comienzo y el fin. Que toda virtud diabólica sea destruida en esta criatura, sea expulsada por la virtud de la santísima cruz, por la invocación de los ángeles, arcángeles, patriarcas, profetas, apóstoles, mártires, confesores, vírgenes y también por la bienaventurada Virgen y de todos los que viven bajo la santa Iglesia de Dios. Retiraos, pues, del mismo modo que el humo del pez menudo, pez quemado conforme al consejo de Rafael, puso en fuga al espíritu que estaba atormentando a Sara, del mismo modo estas bendiciones os expulsaran, a fin de que no oséis acercaros a esta criatura. Marcada por la señal de santa cruz en el espacio de cien mil pasos, porque mi mandato no es mió, sino de aquel que fue enviado del seno del Padre, a fin de destruir vuestras obras, como las destruyo en el árbol de la cruz, nos dio el poder, para la gloria y utilidad de los fieles, para ordenaros y mandaros que no oséis aproximaros, por nuestro Señor Jesús Cristo; † he aquí la cruz del Señor, huid, partes adversarias; el león de la tribu de Juda venció. Raíz de David, aleluya, amen, amen, fiat, fiat.”

He aquí las siete oraciones misteriosas que se deben decir durante la semana:

Para el domingo.- Liberame, Domine, etc. Padre Nosso, etc.

“Liberame, yo os ruego Señor, a vuestro siervo F., de todos los males pasados, presentes y futuros, tanto del alma como del cuerpo, y por la intersección de la bien aventurada Virgen Maria madre de Dios, y de vuestros bien aventurados apóstoles San Pedro, San Pablo y San Andrés, con todos vuestros santos, otorga favorablemente la paz a vuestro siervo F., y la santidad en todos los días de mi vida, a fin de que siendo ayudado por el auxilio de vuestra misericordia, este siempre libre de la esclavitud del pecado y de cualquier temor de perturbación. Por el mismo Jesús Cristo vuestro Hijo, Nuestro Señor, que siendo Dios vive y reina con vos en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amen. Que la paz del Señor este siempre conmigo. Amen. Que vuestra paz celestial, Señor, que dejasteis a vuestros discuelos, quede siempre firme en mi corazón, y este siempre entre mi y mis enemigos, tanto visibles como invisibles. Amen. Que la paz de Nuestro Señor Jesús Cristo, su rostro, su cuerpo o su sangre vengan en mi auxilio, F., pecador que soy, y me sirvan de una favorable protección y defensa, y consolación para mi alma y para mi cuerpo. Amen. Cordero de Dios, que os dignasteis nacer de la Virgen Maria, y cargar en el árbol de la cruz los pecados del mundo, ten piedad de mi cuerpo y de mi alma. Cordero de Dios, por quien todos los fieles son salvos, dame, en este siglo y en los siglos futuros una paz eterna. Amen.”

Para el lunes.- Oh Adonai per quem, etc.

“Oh Adonai! Oh Salvador por quien todas las cosas fueron puestas en libertad, libérame de todo mal. Oh Adonai!, Oh Salvador por quien todas las cosas fueron socorridas, auxíliame en todas mis necesidades y angustias, negocios y peligros, y en todos los engaños de mis enemigos visibles o invisibles, libérame, † en nombre del Padre que creo todo, † en nombre del Hijo que recato todo, † en nombre del Espíritu Santo que realizo toda la ley, yo me recomiendo enteramente. Amen. † Que la bendición de Dios Padre Omnipotente que hace todas las cosas por una sola palabra, este siempre conmigo. Amen. † Que la bendición del Espíritu Santo, con sus siete dones, este siempre conmigo. Amen. Que la bendición de la bien aventurada Virgen Maria con su Hijo este siempre conmigo. Amen.”

Para el martes.- Accipite et comedite, etc.

“Que la bendición y la consagración del pan y del vino que Nuestro Señor Jesús Cristo hizo cuando les dio a sus discípulos diciéndoles: Tomad y comed de esto, porque es mi cuerpo que será entregado a vosotros en memoria mía. Amen. Que la bendición de los ángeles y arcángeles, de las virtudes, de los principados, de los tronos, de las dominaciones, de los querubines y serafines estén siempre conmigo. Amen. Que las bendiciones de los patriarcas, de los profetas, de los apóstoles, de los mártires, de los confesores, de las vírgenes y de todos los santos y santas de Dios estén siempre conmigo. Amen. Que la bendición de todos los cielos este siempre conmigo. Amen. † Que la majestad adorable me proteja, que su eterna bondad me gobierne, que su inextinguible Caridad me inflame, que su inmensa bondad me dirija, que el Poder del Padre me conserve, que la sabiduría del Hijo me vivifique, que la virtud del Espíritu Santo este siempre entre mi y mis enemigos visibles o invisibles. Amen. Poder del Padre, fortifícame; sabiduría del Hijo, líbrame; consolación del Espíritu Santo, consuélame. El Padre es la Paz, el Hijo es la vida, el Espíritu Santo es el remedio de la consolación y de la salvación. Amen. Que la divinidad de Dios me bendiga, que su humanidad me fortifique. Amen. Que su piedad me calme; que su amor me conserve: Oh Jesús Cristo hijo de Dios vivo, ten piedad de mi.”

Para el miércoles.- Oh Emmanuel, ab hoste, etc.

“Oh Emmanuel! Defiéndeme del espíritu maligno y de todos mis enemigos visibles o invisibles, de todo el mal; el Cristo rey vino en paz; Dios se hace hombre y sufre con clemencia por nosotros; que Jesús Cristo rey pacifico siempre este entre mi y mis enemigos. Amen. † El Cristo es vencedor, † el Cristo reina; † el Cristo impera. † Que el Cristo me defienda siempre de todo mal. Amen. Que Jesús Cristo ordene que salga victorioso sobre mis adversarios. El león de la tribu de Juda venció; rama de David, aleluya, aleluya, aleluya. Salvador del mundo sálvame y socórreme, por vuestra cruz, por vuestra preciosísima sangre, me rescataste, ayúdame yo os lo ruego, Oh Dios, Oh Agin, Oh Theos, † agios ischyros, † agios athanatos, † eleison himas; Dios Santo, Dios fuerte, Dios misericordioso e inmortal, ten piedad de mi, F., vuestro siervo. Señor concededme auxilio, no me abandones, no me desprecies, Dios mió saludos, ven siempre en mi auxilio, Señor Dios, mi Salvador.”

Para el jueves.- Ilumina oculos meos, etc.

“Ilumina mis ojos Señor, a fin de que no me adormezca nunca en la muerte y que mi enemigo no diga que fue mas fuerte que yo. Que el Señor venga en mi auxilio y no temeré lo que el hombre pueda hacer en mi contra; mi benignísimo Jesús Cristo, guárdame, socórrame y sálvame; que al nombre de Jesús todas las rodillas se doblen en los cielos, en la tierra y en los infiernos, y que toda lengua confiese que Nuestro Señor Jesús Cristo esta en la gloria de Dios Padre. Amen. Se verdaderamente, oh Jesús, que en cualquier hora y día que os invoque seré salvo. Oh clement ísimo Señor Jesús Cristo, Hijo de Dios vivo, que por la virtud de vuestro nombre preciosísimo, hicisteis y operasteis tantos milagros y que nos distes un remedio tan abundante para nosotros que teníamos una gran necesidad de el, porque por la virtud de vuestro nombre los demonios huían, los ciegos veían, los sordos oían, los cojos andaban, los mudos hablaban, los leprosos eran curados, los enfermos obtenían salud y los muertos resucitaban; porque cuando se pronuncia el nombre de vuestro dulcísimo hijo Jesús, se oye una dulce melodía en el oído y la miel se hace sentir en la boca, el demonio huye, toda rodilla se dobla, los espíritus celestes se alegran y las tentaciones son vencidas; todas las enfermedades son curadas; se ganan varias indulgencias; los debates que se dan entre el mundo, la carne el diablo son destruidos y muchos bienes provienen de ahí, porque quien invoque el nombre de Dios será salvo, este nombre que fue llamado por el ángel antes que fuese concebido en el vientre.”

Para el viernes.- Oh nomen dulce, etc.

“Oh dulce nombre que fortifica el corazón del hombre, nombre de la vida, de la salvación y de la alegría; nombre precioso, alegre, glorioso y gracioso; nombre que da fuerza a los pecadores, nombre que nos salva y que conduce y gobierna toda la maquina del universo. Ruego a vos, oh piadoso Jesús! Que por la misma virtud preciosísima de vuestro nombre, vos dignáis hacer huir a los demonios delante de mi; ilumíname que soy ciego; haz que oiga que soy sordo; guía mis pasos que soy cojo; haz que pueda hablar a mi que soy mudo; cura mi lepra; dame saludo a mi que soy enfermo; despiértame de la muerte y rodéame enteramente por dentro y fuera, a fin de que, estando munido con vuestro nombre sacratísimo, pueda vivir siempre en vos, alabándote y honrándote que sois digno de alabanzas, porque sois gloriosisimo Señor, y el Señor eterno, y el eterno Hijo de Dios, en el cual y por el cual todas las cosas se alegran, y son gobernadas; a vos la alabanza, la honra y la gloria en todos los siglos. Amen. Que Jesús este siempre en mi corazón, que Jesús este siempre en mi boca, que Jesús este siempre en todas mis entrañas. Amen. Que Dios mi Señor Jesús Cristo este dentro de mi para darme salud; que este alrededor mió para guiarme; que este detrás mió para conservarme, delante mió para guardarme, encima mió para bendecirme, que este dentro de mi para vivificarme, junto a mi para fortificarme, que este siempre conmigo para alejar toda pena de una muerte eterna, el que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos. Amen.”

Para el sábado.- Jesus Maria et filius, etc.

“Que Jesús hijo de Maria, Señor y Salvador del mundo, me sea clemente y propicio, que nos de un espíritu sano y propicio, honre a Dios, y que nos conceda la libertad de nuestros males en el lugar en que estemos; y ninguno ponga la mano en el, porque su hora todavía no ha llegado, aquel que es, aquel que era y que será siempre Alfa y Omega, Dios y hombre, el comienzo y el fin; que esta invocación me sea una eterna protección. Jesús de Nazareth, rey de los judíos, señal de triunfo, hijo de la Virgen Maria, ten piedad de mí, conforme a vuestra clemencia, en el camino de la salvación eterna. Amen. Pero Jesús sabiendo todo lo que debía vivir, se adelanto y les dijo: “A quien buscáis?” Ellos le respondieron: ”A Jesús de Nazareth ”. Jesús les dijo: “Yo soy ”. Judas el traidor también estaba presente con ellos. Cuando Jesús les dice: “Yo soy ”, ellos retroceden y caen por tierra. El les pregunta todavía una vez: “A quien buscáis?” Ellos dijeron: “A Jesús de Nazareth” Jesús les respondió: “Ya os dije que soy yo; si es pues a mi a quien buscáis deja que estos se vayan”. † Que Jesús por mi fue hecho victima, me haga agradable a sus ojos, y que, mi alma purificada estando separa de mi cuerpo, reine con el en los cielos. Amen. Jesús es el camino. † Jesús es la vida. † Jesús es la verdad. † Jesús sufrió, † Jesús fue crucificado, † Jesús Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de mi. Pero Jesús pasando, † en medio de ellos, estaba de pie y nadie puso su mano violenta sobre Jesús, porque su hora todavía no había llegado.”

Oremus. Dulcissime Domine, etc.

“Dulcísimo Señor Jesús Cristo, Hijo de Dios vivo, que respondisteis a los judíos que os querían tomar prisionero: “Yo soy, es pues a mi a quien buscáis, dejad que estos se vayan”; entonces los judíos retroceden y caen por tierra. Así en esta hora no os podrán hacer mal, como es verdad y que creo también verdad y lo confieso. Así, mi benignísimo Salvador Jesús Cristo, dignáis guardadme ahora y siempre de todos los enemigos que intentan hacerme mal, que cualquier modo que sea y que yo me retire sin daños de sus manos, en el camino de la paz y el reposo, para honor y gloria de vuestro nombre que es bendito en los siglos de los siglos. Amen.”



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