DEL AGUA Y DEL HISOPO
Si ES necesario asperjar con agua algo requerido en el Arte, debe hacerse con un rociador.
Prepara un incensario en el día y hora de Mercurio, con las especias oloríferas del Arte. Luego toma un vaso de bronce, barnizado por dentro y por fuera con plomo o tierra, que debes llenar con el agua más clara de una fuente, toma sal y di estas palabras sobre ella:
TZABAOTH, MESSIACH, EMANUEL, ELOHIM GIBOR, YOD HE VÁU HE; Oh Dios que eres la verdad y la vida, dígnate bendecir y santificar esta criatura de Sal para que nos sirva como ayuda, protección y asistencia en este Arte, experimento y operación, y pueda ser un socorro para nosotros.
Después echa la sal en el vaso donde esta el agua y di los salmos 102, 54, 6 y 67.
Luego haz un rociador de verbena, lavanda, valeriana, menta, hinojo, artemisa, romero, hisopo y albahaca recogidas en el día y la hora de Mercurio estando la Luna en creciente. Amarra juntas estas yerbas con un hilo tejido por una niña y graba sobre el mango en un lado los caracteres mostrados en la figura 82 y en el otro lado los de la figura 83.
Después de esto puedes usar el agua, usando el rociador cuando sea necesario, y sabe que donde quiera que la rocíes esta agua alejará los fantasmas y los imposibilitará para estorbar o molestar a nadie. Con esta misma agua puedes hacer también todas las preparaciones del Arte.
Salmos 102
¡Oh Yahvé, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor!
¡No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia! ¡Inclina a mí tu oído! ¡Respóndeme pronto el día en que te invoco!
Porque los días se desvanecen como humo Y mis huesos arden como leña seca.
Mi corazón herido se agosta como la hierba, Y aun de comer mi pan me olvido.
Al son de mis gemidos La piel se me pega a los huesos.
Soy semejante a la lechuza del desierto, He venido a ser como un búho de las soledades.
Estoy desvelado, y me siento como pájaro sin pareja en el tejado.
Mis enemigos me afrentan cada día, Mis escarnecedores me maldicen.
He comido, pues, cenizas como pan, Y he mezclado con lágrimas mi bebida,
A causa de tu indignación y de tu ira, Porque me alzaste en vilo y me arrojaste.
Mis días son una sombra que se alarga, Y me voy secando como la hierba.
Tú en cambio, oh Yahvé, permaneces para siempre, Tu Nombre pasa de generación en generación.
Te levantarás y tendrás compasión de Sión, Porque es el momento de tener misericordia de ella, Porque ha llegado el tiempo señalado,
Porque tus siervos aman sus piedras, Y miran con afecto hasta su mismo polvo.
Así las naciones temerán el nombre de Yahvé, Y todos los reyes de la tierra tu gloria.
Porque Yahvé habrá reedificado a Sión, Habrá aparecido en su gloria,
Habrá vuelto el rostro a la oración de los desamparados, Pues no habrá despreciado su ruego.
Esto será escrito para la postrera generación, Para que un pueblo aún por crear alabe a Yah,
Que se asomó desde su excelso Santuario. Desde los cielos YAHVÉ se fijó en la tierra, Para oír el lamento del cautivo, Para libertar a los condenados a muerte.
Así se pregonará en Sión la fama de Yahvé, Y su alabanza en Jerusalem,
Cuando los pueblos y los reinos sean congregados a una, Para servir a Yahvé.
Él agotó mi fuerza en el camino, Acortó mis días.
Digo: ¡Dios mío, no me arrebates en la mitad de mis días! Tú, cuyos años se miden por generaciones.
Tú desde el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos.
Ellos ciertamente perecerán, pero Tú permaneces. Todos ellos se desgastarán como una vestidura, Como vestido los cambiarás, y desaparecerán.
Pero Tú eres el mismo, Y tus años no se acaban.
Los hijos de tus siervos permanecerán, Y su simiente será establecida delante de ti.
Salmos 54
¿Acaso no se esconde David entre nosotros?
Oh Elohim, sálvame por tu Nombre, y hazme justicia con tu poder.
Oh Elohim, escucha mi oración, Presta oído a los dichos de mi boca.
Porque extraños se han levantado contra mí, y hombres violentos buscan mi vida, No han puesto a Elohim delante de sí.
He aquí Elohim es el que me ayuda, Adonay está con los que sostienen mi alma.
¡Devuelve el mal a mis enemigos, Y córtalos en tu verdad!
Con ofrenda voluntaria te ofreceré sacrificios, ¡Oh Yahvé, daré gracias a tu Nombre, porque es bueno,
Porque me ha librado de toda angustia. Y mi ojo ha visto por encima de mis enemigos!
Salmos 6
Oh Yahvé, no me reprendas en tu ira, Ni me castigues en tu ardiente indignación.
¡Ten piedad de mí, oh Yahvé, porque desfallezco! Sáname, oh Yahvé, porque mis huesos se estremecen,
Y mi alma está turbada en gran manera, Y Tú, oh Yahvé ¿hasta cuándo?
Vuélvete Yahvé, y rescata mi alma, Sálvame por tu misericordia.
Porque no habrá memoria de ti en la Muerte, Y en el Seol ¿quién te alabará?
Estoy agotado de tanto gemir, Todas las noches inundo mi lecho; Con mis lágrimas empapo mi cama.
Mis ojos están enturbiados de tanto sufrir, Se han envejecido a causa de todos mis adversarios.
¡Apartaos de mí todos vosotros, los que hacéis iniquidad! Porque Yahvé ha oído la voz de mi llanto,
Yahvé ha escuchado mi súplica, Yahvé ha recibido mi oración:
Todos mis enemigos serán avergonzados y muy confundidos; Serán vueltos atrás, Y repentinamente avergonzados.
Salmos 67
Elohim tenga misericordia de nosotros y nos bendiga, Haga resplandecer su rostro sobre nosotros,
Para que tu camino sea conocido en la tierra, Y tu salvación entre todas las naciones.
¡Alábente los pueblos, oh Elohim! ¡Alábente los pueblos, todos ellos!
¡Regocíjense y canten con júbilo las naciones! Porque Tú juzgarás a los pueblos con equidad, Y guiarás a las naciones de la tierra.
¡Alábente los pueblos, oh Elohim! ¡Alábente los pueblos, todos ellos!
La tierra ha dado su fruto, Elohim, el Dios nuestro, nos bendecirá;
¡Bendíganos Elohim, y témanlo todos los confines de la tierra!
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